Hoy, 25 años después, el fotógrafo Víctor Hugo Bellido Terán nos muestra a través de sus imágenes cómo Aiquile y Totora se han levantado y se han aferrado a su pasado para contar su historia como patrimonio. Estos pueblos han demostrado una resiliencia admirable y se han convertido en un testimonio viviente de la fuerza y el espíritu de su gente.
Aunque el desastre del terremoto y la corrupción gubernamental asociada al caso del Beechcraft merecen capítulos aparte en la historia, hoy queremos destacar la valentía y la determinación de estos pueblos, que han logrado reconstruirse y mantener viva su identidad a pesar de las adversidades.
Aiquile y Totora nos enseñan que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la perseverancia pueden hacer que un pueblo se ponga de pie. Es un ejemplo inspirador para todos los bolivianos, recordándonos que, a pesar de las tragedias y los obstáculos, siempre existe la posibilidad de reconstruir, crecer y mantener vivas nuestras raíces.