Cuál si fuera un cuento de hadas, de esos que inspiran esperanzas y vida, la Reina del Carnaval Cruceño, Aitana Tufiño, subió al escenario, se arrodilló a centímetros del ataúd del Pepino que yacía dormido y le dio un beso para despertarlo, para que con brincos y piruetas vuelva a hacer de las suyas en el Carnaval Paceño.
El reloj marcaba las 12:48 de ayer, una multitud se había congregado en torno al escenario montado para la ocasión sobre la calle Entre Ríos, detrás del Cementerio General. Un actor representó el papel de sacerdote y en medio de bromas, recibió a la soberana cruceña y le preguntó: ¿estás preparada para besar al Pepino y darle vida a este sinvergüenza? A lo que Aitana respondió que sí y después de tres amagues de darle el ansiado beso, la Reina del Carnaval de Santa Cruz acercó sus labios a los del Pepino y éste comenzó a mover brazos y piernas.
El Pepino, ni corto ni perezoso, se levantó, abrazó a Aitana Tufiño y después corrió en dirección del alcalde Iván Arias, a quien abrazó efusivamente en medio de gritos de júbilo y música de Ch’utas interpretada por la Banda Municipal Eduardo Caba.