
Con una cifra de al menos 160 personas muertas, la masacre en la ciudad de Solhan durante la noche de viernes a sábado, es el ataque más mortífero de la historia reciente en Burkina Faso. Los hechos se producen cuando en el país vuelve a surgir el horror del yihadismo.
Burkina Faso sigue pagando un alto precio en la lucha contra el extremismo. En la noche del viernes 4 al sábado 5 de junio, el norte del país fue golpeado con uno de los capítulos de violencia más oscuros de los últimos años cuando un grupo de yihadistas lanzó un ataque contra civiles en la aldea de Solhan, en la provincia de Yagha, en el Sahel. Los extremistas dispararon de forma indiscriminada contra hombres, mujeres y niños e incendiaron decenas de casas, hospitales y el mercado, según informó el Gobierno.