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Almirón prefiere no hablar de su continuidad en Boca

Del paraíso al infierno. Ese camino transitó el Boca de Jorge Almirón desde que se clasificó a la final de la Copa Libertadores hasta su desenlace con derrota ante Fluminense en el Maracaná de Río de Janeiro.

Al margen de la ansiedad por levantar la Séptima, este compromiso había tomado total relevancia ya que un triunfo le devolvía la gloria al club y metía al equipo en el Mundial de Clubes; pero una caída lo dejaba con un pie afuera de la Libertadores 2024. Ahora el entrenador tendrá que remarla en un contexto más que difícil y con el ánimo por el piso. Aun logrando los objetivos que quedan por delante, su renovación de contrato (expira el 31 de diciembre) está en duda.

“El dolor es muy fuerte, veremos mañana cómo sigue todo. Hoy estamos masticando dolor”. Almirón ya no pudo dibujar una sonrisa en su rostro tras la pérdida de su segunda final de Libertadores como DT (la otra había sido con Lanús ante Gremio en 2017).