Ex director del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Pilcomayo (SEARPI), Luis Aguilera, ha expresado su preocupación acerca de la situación actual en el río Grande, que ha experimentado una reducción significativa en su caudal, atribuyéndolo a dos factores principales: el cambio climático y la falta de un adecuado manejo de la cuenca alta. Aguilera sostiene que desde el año 2006 se ha notado un impacto del cambio climático en la región, caracterizado por lluvias intensas en cortos períodos de tiempo y crecidas extraordinarias. Anteriormente, la zona solía recibir alrededor de 80 milímetros de lluvia, pero esta cantidad se ha incrementado a más de 150 milímetros, lo que ha generado diversos problemas.
Aguilera enfatiza que la situación en el río Grande es un reflejo directo del cambio climático y advierte que el próximo año se espera un patrón de lluvias seguido de sequías prolongadas, lo cual agravará aún más la problemática. Además, subraya que la alta tasa de desforestación en la cuenca alta de la región está contribuyendo significativamente a este problema.