Bolivia agravó su crisis por gastar más de lo que generaba el gas
DEFICIT.- La crisis económica en Bolivia comenzó en el 2014 con la caída de la producción e ingresos de los hidrocarburos y aumento sostenido del gasto estatal que generó un enorme déficit fiscal, ahora insostenible
Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, asegura que la actual crisis económica en Bolivia comenzó en el 2014, cuando la producción y los ingresos por hidrocarburos, una de las principales fuentes de ingresos para el país, empezaron a declinar de manera significativa. A pesar de esta disminución en los ingresos, el gasto estatal no sólo se mantuvo elevado, sino que continuó en aumento, generando un ciclo insostenible de gasto y déficit fiscal.
UN DÉFICIT FISCAL QUE PERSISTE POR ONCE AÑOS
El gasto público en Bolivia, señala Romero, ha tenido un ritmo acelerado de crecimiento en los últimos años, situación que ha desencadenado en un déficit fiscal ininterrumpido durante once años consecutivos.
Según los datos proporcionados por el presidente del Colegio de Economistas, en 2023 el déficit fiscal alcanzó el 11% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual representa un gasto superior a los 5.011 millones de dólares.
Esta situación ha llevado al país a una posición fiscal extremadamente delicada, donde el gasto supera ampliamente los ingresos y compromete la sostenibilidad económica de Bolivia.
IMPACTOS Y CONSECUENCIAS: DESABASTECIMIENTO Y ESCASEZ DE DIVISAS
La crisis económica ha tenido un impacto directo en el abastecimiento de bienes esenciales, especialmente en el sector de carburantes. Actualmente, el país enfrenta un notable desabastecimiento de combustibles, una situación que agrava la inflación y afecta la economía doméstica y empresarial. La escasez de dólares en el sistema financiero boliviano es otra de las consecuencias preocupantes de esta crisis, lo que a su vez limita el acceso a importaciones y genera un ambiente de incertidumbre para el comercio y la inversión.
UN CONTEXTO DE INESTABILIDAD Y CONFLICTOS SOCIALES
Romero también advierte que el panorama actual se ve complicado por factores políticos y sociales. La falta de gobernabilidad y los conflictos que han surgido a nivel nacional han resultado en bloqueos y manifestaciones constantes, los cuales ya han generado pérdidas económicas superiores a los 1.700 millones de dólares. Estas dinámicas, sumadas a la debilidad estructural en el ámbito económico, contribuyen a un clima de inestabilidad que hace difícil prever una recuperación en el corto plazo.
PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS PARA EL FUTURO ECONÓMICO DE BOLIVIA
Luis Fernando Romero concluye que la situación económica de Bolivia es preocupante y las expectativas de mejora son reducidas, debido a la combinación de crisis estructural y falta de estrategias efectivas para abordar los problemas de fondo. Sin cambios sustanciales en la política económica y en la administración del gasto público, la crisis económica podría agravarse aún más, poniendo en riesgo la estabilidad económica del país en los próximos años.