En 3 horas, las Fuerzas Armadas “intentan” un golpe de Estado
CRÓNICA. Efectivos de la institución castrense tomaron kilómetro cero, el epicentro del poder político de Bolivia antes de las 15:00; el presidente Luis Arce hizo cambio al Alto Mando Militar, que provocó el repliegue de los uniformados hasta antes de las 18:00.
Efectivos de las Fuerzas Armadas, liderados por el ahora excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, tomaron ayer la plaza Murillo, en lo que fue considerado un “intento” de Golpe de Estado.
El hecho ocurrió antes de las 15:00 en la sede de gobierno. El ingreso a kilómetro cero ve imposibilitado por el resguardo de efectivos militares que tomaron, desde las 14:45 aproximadamente el lugar. Hubo varias tanquetas parqueadas en dicho lugar.
Cientos de efectivos con pasamontañas resguardan todos los ingresos a plaza Murillo. Autoridades como el alcalde de La Paz Iván Arias, el viceministro de Defensa al Usuario y Consumidor Jorge Silva, el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, reprocharon el accionar de los uniformados.
“Me acuerdo del año 79. Natusch Busch con una locura de un golpe parecido, le duró cinco días, pero hubo más de 100 muertos ¿Eso quieren estos señores? ¿Eso quieren? ¿Qué les pasa? El comandante en jefe es el Presidente del Estado ¿Quién ha roto el mandato? Aquí estoy como alcalde defendiendo mi ciudad”, dijo Arias, quien calificó de “inaudito” el intento de golpe de Estado.
“Lo que tenemos que hacer es respetar la democracia, no puede ser que algunas personas que atentan contra el país quieran atentar contra la democracia. Vamos a defender hasta las últimas consecuencias de este movimiento irregular, inconstitucional que están cometiendo algunos militares. Se los tiene que expulsar de la plaza Murillo”, reclamó Silva.
“Esto es un abuso y una afrenta a la democracia”, sentenció Aguilera.
Cerca de las 17:00, algunos de los efectivos desplazaron barricadas para contener el ingreso de los civiles, que rechazaban el “intento de golpe de Estado”.
Zúñiga, entre tanto, brindó breves declaraciones a la prensa, donde anunciaba que liberará a todos los presos políticos, entre ellos a Luis Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz.
“Basta de élites que se han adueñado del país, del Estado, repito, el pedido de unidades militares de las Fuerzas Armadas (FFAA) es que liberemos a los presos políticos”, manifestó el jefe militar a los periodistas.
A esa misma hora, el presidente Luis Arce posesionó a José Wilson Sánchez como nuevo comandante del Ejército. La nueva autoridad ordenó el inmediato repliegue de los uniformados de plaza Murillo.
Zúñiga, que se encontraba en una tanqueta parqueada en la puerta de Palacio Quemado, fue trasladado y escoltado hasta el Estado Mayor, tras el repliegue de los uniformados. Al caer la tarde, la gente vuelve a ingresar a kilómetro cero.
La sociedad civil, que protestaba en alrededores de plaza Murillo, reingresó cerca de las 18:00 a dicho lugar, condenando el accionar de los efectivos de las Fuerzas Armadas.
Aguilera lanzó una advertencia contra el general Juan José Zúñiga: “Te vamos a buscar Zúñiga, has cometido un delito. Zúñiga va a estar preso. Ya la Policía Boliviana tomó el control de las carreteras, y aquellos que quieran irrumpir el Estado de derecho van a ser presos porque es absolutamente intolerable. La conducta de este sujeto es no sólo individual, sino de indisciplina. Ha roto el principal juramento que es el respeto a la democracia.
Finalmente, congregados todos en exteriores de Palacio Quemado, entonaron las sagradas notas del Himno Nacional.