En Bolivia no se reponen los nutrientes del suelo agrícola

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FERTILIZACION. En Bolivia apenas se aplica un promedio de 24 kilos de fertilizantes por hectárea al suelo agrícola, mientras Chile utiliza 352 kilos para la misma extensión, por eso sus rendimientos son altos

En Bolivia, los agricultores no devuelven los nutrientes adecuadamente al suelo, lo que resulta en una baja productividad, según un informe de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC).

En promedio, el consumo de fertilizantes en Bolivia no supera los 24 kilogramos por hectárea, una cifra notablemente inferior en comparación con otros países sudamericanos. Chile lidera la lista con el mayor consumo de fertilizantes, alcanzando los 352.47 kilogramos por hectárea, seguido de cerca por Colombia con 291.81 kilogramos por hectárea y Surinam con 134.07 kilogramos por hectárea, siendo los líderes en consumo de fertilizantes en la región.

En Bolivia, la mayor extensión de tierra cultivada se encuentra en Santa Cruz, que abarca unas 2,751,112 hectáreas, lo que representa el 71% de la superficie cultivada en el país. Le siguen los departamentos de Cochabamba y La Paz, con 291,751 y 208,027 hectáreas, respectivamente.

PLAN NACIONAL DE FERTILIZACIÓN

Bolivia ha implementado un Plan Nacional de Fertilización que se propone fertilizar 2 millones de hectáreas de cultivos y 300,000 hectáreas de pasturas hasta el año 2025. Sin embargo, para lograr esta meta, se requerirá una inversión sustancial de 402,853 toneladas de fertilizantes, lo que se traduce en una inversión de 249,303,626 dólares estadounidenses.

SANTA CRUZ LIDERA EN FERTILIZACIÓN

Santa Cruz lidera nuevamente en términos de superficie fertilizada a nivel nacional, con 497,824 hectáreas, lo que equivale al 66% del total de superficie fertilizada en Bolivia. Le siguen los departamentos de Cochabamba y Tarija, con el 18% y el 6%, respectivamente.

La esperanza es que la planta de amoniaco y urea de Bulo Bulo produzca fertilizantes a base de nitrógeno con un promedio de 756,000 toneladas, de las cuales entre el 10% y el 20% podrían ser consumidas en el mercado nacional, mientras que el excedente se destinaría a la exportación.

Source Marcelo Huanca Dorado