En los últimos 17 años la informalidad creció de 64 al 85%
La informalidad en lejos de disminuir en la economía boliviana ha crecido en un 21 % en los últimos 17 años, según cifras del economista boliviano Joshua Bellott
La principal cifra que demuestra esta triste realidad, sin lugar a equivocaciones, es el porcentaje de población condenada a la informalidad, como casi la única actividad de subsistencia de las familias bolivianas. En el año 2006, el 64% de la población económicamente activa era informal. En la actualidad, es probable que este porcentaje supere el 85%.
Estas cifras arrojan muchas dudas por parte de la ciudadanía en su conjunto, dado que durante más de 10 años se han observado dos efectos significativos: el deterioro de las condiciones laborales y la disminución de los salarios.
Medidas como el doble aguinaldo, la rigidez en la legislación laboral, la elevada burocracia estatal que se apropia de los excedentes en la economía y limita la generación de valor por parte de los privados (familias y empresas), la presión tributaria, e incluso la persecución impositiva, la restricción del comercio y, en general, el excesivo e ilegítimo poder estatal que restringe las libertades económicas, han convertido a la economía boliviana en un lugar muy riesgoso para invertir, producir y crear empleo.
RIESGOS DE LA
INFORMALIDAD
Bellott señala que una familia que vive en la informalidad depende de sus ingresos diarios, sin posibilidad de planificar sus gastos ni de ahorrar de manera previsible. Peor aún, depende del comportamiento “macro” de la demanda agregada, lo que significa que si la crisis actual se profundiza en el país, la actividad económica no podrá brindar a este gran porcentaje de población la seguridad mínima de que sus familias no pasarán hambre.
“Por lo tanto, el triunfalismo del gobierno ya ni siquiera le sirve para la propaganda política y, con seguridad, molesta a un gran porcentaje de la población que sabe que es muy probable que la situación económica en el país no mejore”, expresó.