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Gobernaciones tienen 34 veces menos recursos que el Gobierno

El economista Luis Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, analizó el recientemente publicado Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, calificándolo como centralista y desproporcionado frente a las necesidades de las entidades subnacionales.

El PGE 2025 asciende a Bs. 369.340 millones, un incremento del 12% respecto al presupuesto de este año, a pesar de un panorama económico marcado por 12 años consecutivos de déficit fiscal.

Según Romero, este crecimiento no se corresponde con las proyecciones económicas del gobierno, que esperan un crecimiento del PIB del 3,51% para 2025, una de las cifras más bajas de los últimos cinco años.

Del presupuesto total, el 84% está destinado a los tres órganos del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), mientras que solo el 10% se asigna a los gobiernos departamentales (3%), municipales (5%) y universidades públicas (2%). “Esto refleja una estructura altamente centralista y burocrática, donde el gobierno nacional se consolida como el principal administrador y agente económico del país”, explicó Romero.

COMPARACIONES QUE REVELAN DESIGUALDAD

El economista destacó que el presupuesto destinado a los órganos del Estado es 34 veces mayor que el de las nueve gobernaciones juntas. Además, el presupuesto de todos los municipios del país representa apenas el 6% de lo asignado a los órganos del Estado, mientras que las universidades públicas cuentan con un presupuesto 46 veces menor.

“Solo el Órgano Ejecutivo gastará el 50% del total del presupuesto agregado, mientras que las empresas nacionales y las instituciones descentralizadas, que también dependen del gobierno central, absorben un 35% adicional. Esto deja muy poco margen de maniobra para las entidades subnacionales”, subrayó Romero.

UN PRESUPUESTO QUE SUPERA EL TAMAÑO DE LA ECONOMÍA

El PGE 2025 equivale al 95% del Producto Interno Bruto (PIB) nominal de 2023, un nivel que Romero calificó como desproporcionado para la economía boliviana. Sin embargo, cuestionó la eficiencia de este gasto, señalando que, a pesar del crecimiento presupuestario, la economía ha mostrado señales de estancamiento desde 2021.

“Se gasta más, pero la economía crece menos. Esto es contradictorio y preocupante, especialmente en un contexto de recesión económica y con un 2025 que será un año marcado por la política y las elecciones”, advirtió el economista.

IMPLICACIONES PARA EL FUTURO

Romero cuestionó si el modelo centralista del presupuesto es sostenible a largo plazo, dado que prioriza el gasto del gobierno central sobre las necesidades de los gobiernos locales y las universidades. “Un presupuesto tan centralizado limita la capacidad de respuesta de las entidades subnacionales y perpetúa la dependencia de estas hacia el gobierno central, tanto en términos económicos como políticos”, añadió