
El primer ministro de Israel, el ultraderechista Naftali Benet, y su socio de gobierno, el centrista Yair Lapid, actual ministro de Exteriores, anunciaron ayer lunes que la próxima semana presentarán una ley para disolver el Parlamento y adelantar elecciones, las quintas en poco más de tres años. Previsiblemente, estas votaciones tendrán lugar a fines del mes de octubre.
“El ministro Lapid y yo hemos decidido avanzar hacia la disolución del parlamento y convocar elecciones”, anunció Benet ante la Knéset (Parlamento israelí), donde definió esta decisión como “la más dura y la más sionista” de su carrera política. En virtud del reparto del poder acordado por los dirigentes, será Lapid quien asuma como primer ministro interino hasta que haya un nuevo gobierno. “Quiero agradecer a mi socio Naftali Benet por el sentido de la responsabilidad que ha mostrado hoy, al poner al Estado por delante de sus intereses personales”, afirmó Lapid, arquitecto del “gobierno del cambio” y líder del partido de centro Yesh Atid, el que más diputados tenía en la coalición. Benet “es un líder corajudo e innovador y no tengo ninguna duda que tendrá su lugar en la dirección del Estado en los años próximos”, agregó Lapid.