Desde el lunes, Colombia lucha contra varias conflagraciones que afectan bosques, ecosistemas montañosos en los que nace el agua y a los cerros aledaños a Bogotá, donde las autoridades sugieren evitar salir a la calle ante la mala calidad del aire.
Ayer, la UNGRD contabilizó 34 incendios activos en todo el país. En la capital, uno de los focos amenaza con llegar hasta una zona residencial. El otro está un «95%» controlado, según el alcalde, Carlos Fernando Galán.
El mandatario de la ciudad de ocho millones de habitantes anticipó que evaluará durante el día si los incendios «llegan al punto» de obligarlo a «tomar decisiones restrictivas» a la movilidad de los ciudadanos.
El presidente Gustavo Petro decretó el «desastre natural» desde el miércoles y destinó recursos económicos para atender la emergencia.
El mandatario pidió ayuda a los países miembros de Naciones Unidas para apagar las llamas. Aunque Estados Unidos, Perú, Chile y Canadá respondieron a ese llamado, aún no han llegado a Colombia refuerzos de esas naciones. El aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá normalizó el viernes sus operaciones tras restricciones en la víspera que afectaron 138 vuelos