El sector agropecuario y la industria están quedando paralizados por falta de carburantes con grave efecto en toda la economía nacional, asegura el presidente del Colegio Nacional de Economistas Jorge Akamine.
Destacó que la crisis actual de los hidrocarburos no solo es un problema coyuntural, sino el reflejo de una serie de fallos estructurales en el manejo económico y energético del país.
Akamine señaló que, aunque el gobierno emitió un decreto hace diez días para intentar regular la situación del combustible, los problemas de fondo persisten.
“El combustible es la base de la movilidad y la energía en el país. Sin este recurso, sectores clave como el agropecuario y la industria quedan paralizados, y eso repercute en toda la economía nacional”, afirmó Akamine.
La situación se complica aún más debido al déficit fiscal que se arrastra desde hace años, superando el 10% en 2023. Según el economista, sin cambios inmediatos, 2025 podría ser un año crítico para la economía boliviana.
LA CAÍDA DE LAS EXPORTACIONES Y LA FALTA DE DIVISAS
Uno de los factores más alarmantes mencionados por Akamine es la contracción de las exportaciones. “Estamos viendo una disminución continua en las divisas disponibles, lo que impacta directamente en la capacidad del gobierno para importar combustibles y otros insumos esenciales. El 50% de los insumos utilizados en la industria son importados, y eso está en peligro”, añadió