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La sequía y los incendios van a reactivar la migración interna

MIGRACION. El economista Joshua Bellott  señaló que la sequía y los incendios dejarán una huella negativa en la economía y reactivará un éxodo campo-ciudad

La economía boliviana se encuentra en una encrucijada, ya que la sequía y los incendios forestales amenazan con dejar una huella negativa en el país, exacerbando la migración de las comunidades rurales a las ciudades.

El economista Joshua Bellott advierte que los sectores más golpeados son las comunidades campesinas porque gran parte de su economía depende de la agricultura y agricultura sin agua no es posible.

Bellott enfatiza que a lo largo de la historia, Bolivia ha experimentado ciclos de problemas climáticos que han coincidido con dificultades económicas. En la década de 1980, el país enfrentó tanto una crisis económica con hiperinflación como desastres naturales, que incluyeron sequías y inundaciones. Este patrón demuestra la importancia crítica de los factores climáticos en el crecimiento y desarrollo económico de Bolivia.

La agricultura y la ganadería desempeñan un papel fundamental en la economía boliviana, tanto en términos de producción como en la generación de empleo. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una migración creciente de zonas rurales a áreas urbanas, ya que muchos campesinos han abandonado la producción debido a factores económicos impuestos por el modelo actual.

La escasez de agua no solo impacta la producción agropecuaria, sino que también incide en el comportamiento del consumidor y del productor, llevando a un cambio estructural en las actividades económicas.

PLANIFICACION

La planificación a largo plazo es esencial para mitigar los efectos de la sequía y otros desafíos climáticos en una economía. Sin embargo, el gobierno boliviano ha sido criticado por su enfoque a corto plazo, lo que ha llevado a problemas como la escasez de gas debido a la falta de previsión en la explotación de recursos no renovables.

Los incendios forestales, que han afectado gravemente a áreas como Santa Cruz, destruyen los bosques y árboles, que son esenciales para la retención de agua durante las lluvias y el control del caudal de los ríos en épocas de sequía. La degradación de estos recursos naturales afecta directamente a las comunidades empobrecidas que dependen de la naturaleza para su subsistencia.

Fuente Marcelo Huanca Dorado