Leigue critica la aplicación de la ley por parte de las autoridades
MENSAJE. Durante su homilía dominical, el monseñor René Leigue, cuestionó que la aplicación de la justicia en la sociedad es liviana para unos y pesada para otros. Instó a la reflexión sobre la conducta que tienen las personas respecto a la reforma judicial.
El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, criticó ayer la aplicación ‘hipócrita’ de las leyes por parte de las autoridades, porque para unos es liviana y para otros pesada y las comparó con los fariseos que estaban podridos por dentro porque no tenían coherencia entre lo que decían y hacían.
La reflexión surgió durante la homilía dominical en Santa Cruz y recordó que cuando Jesús llegó a la tierra no vino para abolir la ley, sino para hacer cumplir los 10 mandamientos y no como ocurre ahora que cada cambio de autoridad significa que debe cambiar todo.
Consideró que hay tantas leyes en el país que no están mal, sino que no están funcionando a cabalidad y por eso ahora se habla de reformar la justicia. Indicó que en la realidad actual se calumnia y se insulta con mucha facilidad haciendo daño a las familias. “¿Será que tienen autoridad para eso?” preguntó.
Recordó que los fariseos decían que ellos cumplían con todo, pero lo decían para que otros piensen que cumplen con la ley. Advirtió que sería muy duro que el Señor hoy señale a la sociedad de “hipócritas”, porque se hacen las cosas a medias.
“Se habla de aplicar la ley caiga quien caiga, a veces escuchando a Cantinflas decir ‘caiga quien caiga’, pero a veces cae el que no tiene que caer y eso es lo que vivimos ahora”, manifestó a tiempo de respaldar la reforma de la justicia para que el que comete un error debe afrontarlo.
Pidió a los católicos reflexionar también sobre su conducta y ver qué están haciendo; si están en el camino del bien o en el camino del mal; en el camino de la vida o en el camino de la muerte, pero que sepan que cada uno tiene sus consecuencias.
Dijo que están equivocados aquellos que dicen que son libres para decir y hacer lo que quieren, porque la libertad no es para ese tipo de comportamientos, porque lo correcto es saber vivir y convivir; saber escuchar y saber perdonar al otro, evitando calumnias y falsas acusaciones.