
El Papa exhortó ayer a apoyar «un desarrollo real» de esos países de los que tantas personas están saliendo en busca de una vida mejor.
«Pensemos en cuántos jóvenes se ven ahora obligados a dejar su tierra en busca de una existencia digna; cuántos hombres, mujeres y niños se enfrentan a situaciones inhumanas, viajes y violencias de todo tipo, sólo para buscar un mañana mejor; a los que continúan muriendo en las rutas de la desesperación, mientras discuten su destino o se vuelven para el otro lado», se lee en el discurso que el pontífice pronunció ante los voluntarios de la Federación de Organismos de Voluntariado Internacional de Inspiración Cristiana (Focsiv), recibidos en el Vaticano. «Las migraciones forzadas, para escapar de las guerras, el hambre, las persecuciones o el cambio climático, son uno de los grandes males de esta era, que sólo podremos atajar de raíz, asegurando un desarrollo real en todos los países. Y ustedes, voluntarios de Focsiv, también están comprometidos en este frente», concluyó.