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Nació como un emprendimiento familiar, hoy es líder en su rubro

En 1994, hace 29 años, dio sus primeros pasos como un emprendimiento familiar, ahora es una empresa consolidada. “Confeccionábamos alrededor de 120 prendas de vestir de todo tipo, las cuales desembarcaban en Yacuiba, un mercado que por aquel entonces estaba en auge gracias a que los argentinos, aprovechando el tipo de cambio, se lanzaban en masa a realizar sus compras en esta población fronteriza” rememoró Amelia Solórzano, emprendedora boliviana.

Así nació lo que hoy conocemos como Patra, una empresa que se ha consolidado como referente en la confección de ropa deportiva para mujeres. El nombre “Patra” es una mezcla de los nombres Patricia y Amelia, según nos confesó la creadora de esta industria, Amelia Solórzano. Patricia, que es su hija, ahora es la mente maestra detrás de las nuevas colecciones.

Amelia, con humildad, comparte que proviene de una familia muy sencilla y que se adentró en el mundo de las confecciones por pura necesidad, sorteando diversas peripecias. Sin formación académica formal, su único bagaje al comenzar era el conocimiento en corte y confección.

El auge del mercado argentino fue efímero, desencadenando problemas económicos en el 2001, como el famoso “corralito”, que dejó las ventas en cero, recordó con melancolía Amelia Solórzano.

LA APUESTA AL MERCADO NACIONAL

Ante la caída del mercado argentino, nuestro emprendimiento tuvo que cambiar de dirección, volteando la mirada hacia el mercado boliviano. Tras un año de parón, rediseñamos estrategias para evitar que el proyecto muriera.

“Fue en la feria de Barrio Lindo donde reactivé todo. Descubrí un nicho de mercado que hasta hoy conservamos: la demanda de ropa deportiva para niñas escolares. La idea se gestó con la demanda argentina, pero fue en el mercado nacional donde nos especializamos en estas prendas”, explicó Solórzano.

Con esfuerzo y una gran dosis de fe, Amelia Solórzano persistió en este emprendimiento que nació de una necesidad y se consolidó a base de trabajo arduo y creatividad.

“Hemos trabajado mucho para ser líderes en este segmento de ropa deportiva, innovando, creando nuevos modelos y colores, diversificándonos y cambiando de manera constante. No tengo estudios formales, soy autodidacta, pero leo mucho, me mantengo informada todo el tiempo y asisto a todos los cursos de actualización que aparecen en este rubro”, expresó.

EL CONTRABANDO Y LOS PIRATAS

La competencia desleal es una batalla constante, teniendo que lidiar con el contrabando, la ropa usada y las imitaciones sin escrúpulos. “Es increíble cómo funcionan. Cualquier creación que lanzamos al mercado tiene imitaciones en pocas horas, especialmente las calzas, que copan todo el mercado. Esto nos perjudica mucho, ya que invertimos en crear y promocionar esos modelos, y los piratas sacan ventaja sin invertir y, encima, no son legales ni pagan impuestos”, lamentó.

En su apogeo, Patra llegó a contar con hasta 50 operarios, pero con la pandemia del Covid-19, nos redujimos a la mínima expresión. Actualmente, con 17 empleados, Solórzano asegura que aún no hemos logrado recuperarnos totalmente. La supuesta recuperación fue efímera, y ahora nuevamente se siente la crisis. Estamos luchando por mantenernos a flote, al igual que toda la industria de confecciones, añadió con determinación.