“No entiendo, pero llámeme”: Rocha cayó por un WhatsApp
CONTACTO.- El experimentado agente del gobierno cubano sostuvo contacto con “Miguel”, un agente encubierto del FBI, entre 2022 y 2023. Ahora Rocha enfrenta una pena de 60 años de prisión.
Con tan sólo un mensaje de Whatsapp, Manuel Rocha, espía de la Dirección General de Inteligencia (DGI) del gobierno cubano, cayó en la “trampa” de un agente encubierto del Buró Federal de Investigaciones (FBI por su sigla en inglés) y expuso su traición desde el servicio exterior del gobierno de Estados Unidos (EEUU).
De acuerdo con el informe del FBI, los contactos de “Miguel” con el agente encubierto de la DGI, ocurrieron entre 2022 y 2023. Previamente, el FBI recibió información de que Rocha era un agente encubierto de Cuba.
Es así que el 15 de noviembre de 2022, cuando Rocha se encontraba en Miami, Florida, recibió el mensaje de Whatsapp del agente de FBI, que se hizo pasar por un “camarada” suyo, que le tenía un mensaje de sus amigos en La Habana.
“Buenas tardes, embajador, mi nombre es Miguel y tengo un mensaje para usted de parte de sus amigos en La Habana. Es un tema sensible. ¿Está disponible para que hablemos por teléfono?”, fue el mensaje que le escribió el oficial encubierto a Rocha, que a la larga precipitaría la caída del exdiplomático.
Rocha respondió: “No le entiendo, pero puedes llamarme’’, de acuerdo con Los Tiempos.
El documento detalla que Rocha participó en una llamada con Miguel, que representaba a los “amigos de La Habana”, en el que indicaba que tenía una orden para contactarlo y entregarle un mensaje, oportunidad en que sostendría que “eran grandes amigos desde que estuvo en Chile”, alrededor de 1973.
“Tenemos pequeños problemas en la isla y en nuestra Embajada en Santo Domingo también, pero no te preocupes, estoy para resolver la situación, pero son temas delicados, sería mejor hablar en persona”, le dijo Miguel. Bastó con esa insinuación para que el exdiplomático se abra para establecer contacto con Miguel, del FBI. Ahora, el experimentado agente del gobierno cubano enfrenta una pena de por lo menos 60 años de prisión, según la legislación del país norteamericano.