Real Madrid hizo respetar ayer su localía y su condición de vigente campeón para dar un paso gigante camino a las semifinales de la Liga de Campeones, luego de derrotar en el estadio Santiago Bernabéu 2-0 al Chelsea, en el juego de ida de los cuartos de final del certamen continental.
La primera gran ocasión del partido fue para los ingleses, una muestra de lo que sería la apuesta del equipo londinense, defendiéndose en su campo y apostando a las transiciones rápidas tras la recuperación. El francés N’Golo Kanté recuperó la pelota en propio campo y filtró una pelota al portugués Joao Felix, quien se marchó en solitario y, ante la presión del brasileño Eder Militao, terminó rematando al cuerpo del belga Thibaut Courtois, quien aguantó bien la acción.