En la Catedral de la capital cruceña, se realizó la celebración de la Última Cena de Jesús. La misma, fue presidida por el monseñor René Leigue, quien en el marco de la servicialidad, realizó el lavatorio de pies a niños, adultos mayores, personas enfermas, personal de salud, entre otros.
“El gesto de lavar los pies a sus discípulos, hasta hoy en día no siempre se comprende. Sin embargo es simple, cuando Jesús nos enseñó que el más importante es el que se hace esclavo de los demás. Quien quiera ser el primero, que sea el último y esto Jesús lo pone en práctica. Este es un gesto muy sencillo, pero de mucha profundidad”, explicó Leigue.
También, resaltó que esta Semana Santa es una gran oportunidad que presenta la iglesia para profundizar lo que significa la vida en relación a Cristo. También, ayer empezó el triduo Pascual donde se instituye la Eucaristía y al mismo tiempo el sacerdocio.
“Nosotros experimentamos la entrega de Jesús, él se entrega en extremo y lo hace realidad dando su vida por nosotros, manifestando el gran amor que nos tiene”, dijo.
Por último, señaló que para Dios no hay persona que tenga el poder absoluto y para las personas, es importante que estén al servicio de los demás sin importar el estatus social como una muestra del amor de Dios y al prójimo.