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Reforma educativa, gran desafío en un mundo tan globalizado

EDUCACIÓN.- El actual modelo educativo boliviano, centrado en la memorización, aislado de la realidad social y económica, ya no responde a las necesidades de las nuevas generaciones

Ricardo Miño, educador  de la comunidad Marista, destacó la urgencia de adaptar el sistema educativo boliviano a las demandas de un mundo interconectado y globalizado.

«El mundo ha cambiado radicalmente», afirmó, citando un reciente informe de la UNESCO que insta a un nuevo contrato social para la educación. Este documento, elaborado con la participación de más de un millón de personas en una consulta global entre 2019 y 2021, enfatiza la importancia de transformar los espacios de aprendizaje y vincularlos con las problemáticas reales de la sociedad.

DEL AULA AL ENTORNO SOCIAL

Miño argumentó que no se puede seguir enseñando exclusivamente dentro de cuatro paredes, mientras la vida y las oportunidades de aprendizaje se desarrollan fuera de ellas. Propuso fortalecer metodologías como el aprendizaje-servicio, donde los contenidos educativos se conecten directamente con las necesidades de la comunidad.

Además, subrayó la importancia de formar ciudadanos con habilidades prácticas como la resolución de problemas, el trabajo en equipo, y la capacidad de impactar positivamente en su entorno. “En un mundo donde la inteligencia artificial y las redes sociales ofrecen acceso inmediato a la información, debemos enseñar a nuestros jóvenes a pensar críticamente y a ser creativos”, destacó.

EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL Y AMBIENTAL

Ricardo Miño, educador Marista

Un aspecto crítico señalado por Miño es la necesidad de incluir la educación emocional como parte fundamental del currículo. «Hoy enfrentamos altos niveles de violencia dentro y fuera de las escuelas. Es imperativo educar y acompañar el desarrollo emocional de nuestros niños y jóvenes», afirmó.

Asimismo, Miño destacó la urgencia de preparar a las nuevas generaciones para vivir en armonía con la naturaleza, un desafío que cobra mayor relevancia ante el cambio climático y sus consecuencias.

EL ROL DE LOS DOCENTES EN LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA

Uno de los puntos clave para Miño es la mejora en la formación de los educadores. Lamentó que, a menudo, quienes no logran calificar en otras profesiones terminan en las aulas, lo que perpetúa un sistema educativo deficiente.

“La función del docente es fundamental. Debemos revalorizar la vocación docente, mejorar los procesos formativos, establecer criterios rigurosos de selección y ofrecer mejores condiciones salariales y oportunidades de capacitación”, afirmó, alineándose con las recomendaciones de la UNESCO.

EL PACTO EDUCATIVO GLOBAL: UNA VISIÓN INTEGRAL

Miño también resaltó la importancia del Pacto Educativo Global, una iniciativa promovida por el Papa Francisco desde 2019. Este pacto propone:

Centrarse en la persona: Priorizar el desarrollo integral del ser humano, dejando de lado una educación autoritaria y verticalista.

Promover el rol de la mujer: Aunque se han logrado avances en su participación educativa, aún queda un largo camino por recorrer.

Revalorizar la familia como primera educadora: Crear espacios de diálogo y reflexión entre la escuela y los padres.

Incluir a los marginados: Garantizar una educación inclusiva que no perpetúe desigualdades sociales.

Cuidar la casa común: Fomentar una relación sostenible entre el ser humano y el medio ambiente.

UN LLAMADO A LA ACCIÓN

«Transformar la educación no es solo un desafío técnico, sino también un compromiso ético y social», concluyó Miño. La modernización del sistema educativo boliviano requiere esfuerzos coordinados entre el gobierno, los educadores, las familias y la comunidad en general.

Mientras Bolivia enfrenta este desafío, el debate y las acciones concretas se convierten en una necesidad impostergable para construir una sociedad más justa, inclusiva y preparada para los retos del futuro.