El municipio de San Pedro, que concentra el 80% de la producción de soya de invierno, sufrió intensas precipitaciones el pasado viernes 22 de noviembre, con registros de entre 120 y 150 milímetros por metro cuadrado, lo que ocasionó el anegamiento de extensas áreas de cultivo de soya. Las comunidades más afectadas fueron Hardeman, Sagrado Corazón y Colonia Piraí, informó el ex secretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación Luis Alberto Alpire.
En la región de la Chiquitania, las lluvias también fueron significativas, con acumulaciones de 97 mm en San Julián, 80 mm en San Ignacio, 115 mm en San Javier y hasta 210 mm en Villa Paraíso.
El «grano de oro» se encuentra listo para su recolección desde principios de este mes; sin embargo, la falta de diésel ha retrasado la cosecha. Aproximadamente el 60% de la superficie cultivada, unas 260 mil hectáreas, permanece sin cosechar.
IMPACTO DE LA FALTA DE DIÉSEL
Los efectos de esta situación serán evidentes en varios aspectos: La reducción de la producción agrícola causará la menor disponibilidad de materia prima para el procesamiento de aceite y torta de soya. También disminuirán las exportaciones en el 2025, agravando la escasez de divisas.
La afectación a las cadenas productivas se reflejará en disminución de insumos fundamentales para la alimentación, en la producción del cerdo, la producción avícola y bovina (de carne y leche).
La campaña de verano 2025 también está enfrentando retrasos debido a la insuficiencia de diésel. La ventana ideal de siembra, que va del 15 de noviembre al 15 de diciembre, podría extenderse hasta fin de año.