
La partida de las tropas estadounidenses de Afganistán está causando un auténtico colapso en el país, con porciones del territorio caídas en manos de los talibanes y miles de soldados que huyeron del país o se rindieron a los militantes, entregándoles equipamiento y armas. Ya el pasado otoño boreal, con el perfilarse de la partida estadounidense, muchos de los más altos funcionarios de la seguridad en Kabul habían exhortado al presidente Ashraf Ghani a un redimensionamiento de las tropas en el país, sobre todo en las áreas rurales y puestos de avanzada más remotos.