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Transporte urbano entre el caos y la urgencia de modernización

MODERNIZACIÓN.- La concejal Lola Terrazas aseguró que el transporte urbano está controlado por intereses sindicales que imponen sus condiciones a las autoridades municipales y se oponen a su modernización.

La concejala Lola Terrazas, del municipio de Santa Cruz de la Sierra, ha puesto el dedo en la llaga al señalar las deficiencias y problemas estructurales del sistema de transporte público de la ciudad. Con más de tres millones de habitantes en la región metropolitana, el transporte urbano no solo está rezagado, sino que, según Terrazas, está controlado por intereses sindicales que imponen condiciones a las autoridades municipales y se oponen a su modernización.

Esta situación ha llevado a una falta de regulación efectiva y a un estancamiento del servicio, que, en lugar de evolucionar hacia un modelo moderno y eficiente, ha retrocedido en varios aspectos.

TARIFAS Y CALIDAD: UN DEBATE INCONCLUSO

Uno de los puntos más álgidos es el reciente debate sobre el aumento de tarifas. Mientras los transportistas exigen un incremento a 3 bolivianos, el alcalde Johnny Fernández ha propuesto un ajuste menor que aún genera controversias. Sin embargo, como señala Terrazas, el problema no radica únicamente en las tarifas, sino en la calidad del servicio. «¿Cómo exigir más cuando no se cumple con lo básico?», cuestiona.

El transporte público sigue operando con vehículos antiguos, sin condiciones de seguridad ni comodidad para los usuarios. Además, no existe un sistema de registro eficiente que permita controlar las flotas activas. La concejala subraya que ningún vehículo debería circular sin estar debidamente empadronado, algo que parece ser una norma básica ignorada.

COMPROMISOS POLÍTICOS Y FALTA DE VOLUNTAD

Terrazas también denuncia que las administraciones municipales, incluidas las actuales, han cedido a presiones sindicales debido a compromisos adquiridos en campañas electorales. Esto ha generado una relación de dependencia que impide a las autoridades exigir mejoras reales al sistema. La falta de continuidad en los planes maestros de movilidad urbana es otro ejemplo de la falta de visión y voluntad política.

Expertos como el arquitecto Fernando Prado y otros urbanistas locales han desarrollado proyectos para modernizar el sistema de transporte, pero muchos han sido desechados por razones políticas. «Sistemas como el de Curitiba, en Brasil o Medellín en Colombia deberían inspirar a Santa Cruz, pero aquí preferimos mantener un modelo obsoleto», lamenta la concejala.

CONSECUENCIAS PARA LOS CIUDADANOS

La deficiencia del sistema no solo afecta la movilidad, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. Desde niños que son ignorados por los conductores hasta adultos mayores que deben enfrentarse a condiciones incómodas y peligrosas, el transporte público se ha convertido en una fuente constante de estrés. Terrazas advierte que este tipo de trato también tiene un impacto psicológico en las generaciones más jóvenes, creando una sensación de abandono y desamparo.

Además, la proliferación descontrolada de alternativas como los «toritos» y taxis informales ha añadido caos al sistema, sin resolver los problemas de fondo.

URGENCIA DE UN CAMBIO ESTRUCTURAL

La concejala concluye que Santa Cruz necesita un cambio estructural en su sistema de transporte. Esto implica retomar los planes maestros, regular estrictamente el funcionamiento de las líneas y dialogar con los transportistas para buscar soluciones que beneficien tanto a los usuarios como al sector.

La implementación de un sistema de transporte moderno y eficiente no solo mejoraría la movilidad urbana, sino que también tendría un impacto positivo en la economía y la calidad de vida de los cruceños.

Santa Cruz está en un punto crítico. La pregunta es si sus líderes tendrán la voluntad y el coraje para transformar el transporte urbano en un servicio digno de una ciudad cosmopolita y en crecimiento.