La almendra es el superalimento que ayuda a cuidar el corazón

La almendra es un fruto seco de origen mediterráneo con una historia que se remonta a tiempos antiguos. Los almendros, inicialmente creciendo de forma salvaje en la región, fueron cultivados ya en el año 3000 a.C. Incluso se encuentran menciones de las almendras en el libro del Génesis, el primer libro de la Biblia, como un manjar digno de obsequiar.

Cada 16 de febrero se celebra el Día Mundial de la Almendra como una forma de destacar sus beneficios nutricionales y también los económicos.

La nutricionista y coach de salud Guadalupe Benavídez destacó algunas de sus múltiples propiedades: “Las almendras son una variante de frutos secos con propiedades nutricionales destacables, ya que aportan una alta densidad de energía por su alto contenido en grasas saludables, en especial ácidos grasos monoinstaruados del tipo omega 9.

Según la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard una porción de almendras equivale a 28 gramos, aproximadamente 23 almendras o ¼ de taza, proporciona alrededor de 165 calorías, 6 gramos de proteína, 14 gramos de grasa (80% monoinsaturada, 15% poliinsaturada y 5% saturada), 6 gramos de carbohidratos y 3 gramos de fibra. “Es un alimento rico en calorías, pero también rico en nutrientes, ya que la mayoría de sus grasas son monoinsaturadas”, destaca en su página web.

Las almendras pueden disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas al reducir tanto el colesterol total como el LDL (conocido como colesterol “malo”), al mismo tiempo que ejercen efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Además, las almendras contienen fitonutrientes que estimulan el crecimiento de microorganismos intestinales beneficiosos. Estudios controlados han revelado que el consumo regular de frutos secos puede reducir la inflamación, mejorar la salud vascular y disminuir la resistencia a la insulina.

Además, según los mismos especialistas de Harvard, aun cuando los frutos secos en general tienen abundantes calorías “las investigaciones no respaldan un vínculo entre el consumo de frutos secos y el aumento de peso. De hecho, se han asociado con un menor aumento de peso y un menor riesgo de obesidad, posiblemente porque el contenido de grasas y fibra ayuda a mejorar la sensación de satisfacción y saciedad”.

Asimismo, citó un extenso estudio epidemiológico de profesionales de la salud que analizó el consumo general de nueces y “encontró que los frutos secos, incluidas las almendras, consumidos dos o más veces por semana se asociaban con un riesgo 13 % menor de enfermedad cardiovascular total y un riesgo 15 % menor de enfermedad coronaria”.

Las almendras crudas son nutricionalmente comparables a las tostadas en seco. Lo mejor es almacenarlas en un lugar fresco, oscuro y seco. Si se mantienen a temperaturas inferiores a 4°C, se pueden almacenar durante aproximadamente dos años.

La empresa argentina Melar, una de las principales proveedoras de almendras de Argentina, informó que el consumo de este fruto seco ha crecido notablemente en los últimos años “promediando un 500% desde 2018″ hasta la actualidad “lo cual se traduce en un asombroso 100% anual”, destacó Jorge Scoufalos, CEO de la empresa.

Tal vez uno de los grandes “secretos” que explican el éxito de las almendras, consideró, sea que pueden comerse solas como snack, como agregado de desayunos y meriendas, para dar un toque crocante a ensaladas o bien en harina de almendras para panificados o diferentes preparaciones en reemplazo de la harina tradicional de trigo. También puede obtenerse de ellas, bebida de almendras, para quienes no consumen lácteos.

“Brindan muy buena saciedad y son muy fáciles de transportar y conservar lo que las convierte en una colación ideal y práctica para llevar a cualquier lado”, destacó Benavídez, aunque también afirmó que “es conveniente tener moderación en su consumo debido a su aporte calórico”.

Source Infobae