La paradoja:  Biodiversidad y la riqueza natural en peligro

BIODIVERSIDAD.- Las prácticas extractivistas y la deforestación ponen en peligro la mayor riqueza de Bolivia que su biodiversidad biológica. El 17% del territorio nacional, son áreas protegidas y parques nacionales que están siendo depredadas.

Ayer, en el marco del Día Internacional de la Biodiversidad, el investigador y genetista Miguel Ángel Crespo destacó que Bolivia se encuentra entre los 15 países más ricos en biodiversidad del planeta. Sin embargo, de destacar la gran diversidad biológica del país, hizo también una grave advertencia sobre su estado actual y las políticas que la amenazan.

Bolivia alberga una increíble riqueza natural. Con más de 3,000 especies de animales, incluyendo 422 mamíferos, 642 peces, 1,450 aves, 378 anfibios y más de 300 reptiles, el país se posiciona como uno de los más diversos en cuanto a fauna. Además, se estima que existen más de 20,000 especies de plantas y millones de microorganismos benéficos que aún están siendo estudiados por su potencial en agricultura, ganadería y control de enfermedades.

LAS PRACTICAS EXTRACTIVISTAS ESTAN MATANDO LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

“Estamos matando la gallina de los huevos de oro,” afirmó Crespo, refiriéndose a las prácticas extractivistas y la deforestación que afectan gravemente esta riqueza biológica. A pesar de que Bolivia cuenta con 64 áreas protegidas que suman cerca de 182,000 km², equivalente al 17% del territorio nacional, la realidad sobre el terreno dista mucho de ser alentadora.

La deforestación es uno de los problemas más acuciantes. Bolivia ocupa el tercer lugar mundial en tasa de deforestación y el primer lugar en la destrucción de bosques primarios. Las causas son múltiples: la minería, la expansión agrícola, el tráfico de tierras y la producción de coca. Estas actividades no solo están devastando los bosques, sino también contaminando los ríos con mercurio, un problema exacerbado por la minería aurífera ilegal.

EN TEORIA SE PROTEGE LA BIODIVERSIDAD EN LOS HECHOS SE LA  DESTRUYE

Crespo también critica las políticas gubernamentales que, en teoría, protegen la biodiversidad pero en la práctica fomentan su destrucción. Ayer, el ministro de Gobierno celebró que el Parque Nacional Madidi está libre de coca, una afirmación que Crespo califica de “irresponsable” considerando la realidad del terreno y la falta de protección efectiva.

El investigador subraya que Bolivia podría beneficiarse enormemente de su biodiversidad mediante el desarrollo sostenible, sin necesidad de destruir sus recursos naturales. La riqueza biológica del país tiene el potencial de ser una fuente de ingresos a través del ecoturismo, la investigación científica y la producción de productos naturales, como aceites esenciales y colorantes.

HAY UN DOBLE DISCURSO QUE PONE EN PELIGRO LA BIODIVERSIDAD BOLIVIANA

Sin embargo, las políticas actuales están más orientadas a la industrialización y explotación intensiva de recursos naturales, muchas veces en detrimento de la biodiversidad. La reforestación de 60,000 hectáreas con palma aceitera para producir apenas el 4% de aceite necesario es un ejemplo de estas políticas contraproducentes. Según Crespo, existen especies nativas de palma aceitera que podrían ser aprovechadas sin necesidad de talar más bosques.

La contradicción entre el discurso oficial y la realidad es palpable. Mientras se celebran las leyes y áreas protegidas sobre el papel, en la práctica se permite y hasta se fomenta la explotación indiscriminada de los recursos naturales. Crespo insta a un cambio de rumbo hacia políticas que verdaderamente protejan la biodiversidad y aprovechen su potencial de manera sostenible.

La biodiversidad de Bolivia no solo es una maravilla para contemplar, sino una base fundamental para un desarrollo sostenible que podría mejorar la calidad de vida de los bolivianos sin destruir su patrimonio natural. La supervivencia de esta riqueza biológica depende de decisiones políticas y acciones concretas que reconozcan su verdadero valor y la protejan de manera efectiva.

Source Marcelo Huanca Dorado