Bolivia se encuentra en un marcado rezago tecnológico en comparación con sus vecinos regionales. Mientras que países como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han incorporado la biotecnología en sus cultivos desde hace más de dos décadas, Bolivia aún no ha logrado abrazar esta práctica de manera significativa.
Jaime Hernández, gerente general de ANAPO, subraya que «este rezago tecnológico sitúa a los productores bolivianos en una posición de desventaja frente a los mercados internacionales», especialmente en un contexto de creciente competencia.
Hernández resalta la importancia de acceder a la biotecnología para mejorar la competitividad del país en la exportación de productos agrícolas. «Lo único que pedimos, como productores, es acceder a la biotecnología para competir en igualdad de condiciones en el mercado internacional», dijo.
La carencia de esta tecnología obstaculiza la capacidad de afrontar eficazmente desafíos como la sequía y las plagas, que amenazan constantemente las cosechas y la productividad agrícola.
EXPOSOYA PLATAFORMA FUNDAMENTAL PARA LA INNOVACIÓN AGRÍCOLA
La Exposoya, que comenzó en la víspera en su trigésima edición se destaca como un evento para impulsar la adopción de tecnología en la producción agrícola boliviana. Organizada por Anapo, esta feria tiene como objetivo primordial difundir las últimas innovaciones tecnológicas que pueden mejorar la producción agrícola del país.
Participan 120 empresas e instituciones con sus ofertas tecnológicas en el campo y en el área ferial, así como la demostración de maquinaria y equipos agrícolas de vanguardia. La asistencia de al menos ocho mil productores de las principales zonas productivas de Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián, El Puente, Okinawa y el Norte Integrado, así como de otros departamentos del país, está prevista. La soya, uno de los cultivos más importantes para la economía boliviana, será el foco central de la Exposoya. Con exportaciones que casi igualan a las de gas, uno de los principales ingresos de divisas para Bolivia, la soya representa un pilar fundamental en el panorama agrícola y económico del país. Además, genera empleo, impulsa cadenas productivas y garantiza la soberanía alimentaria, al producir cinco millones de toneladas de grano al año.